ANECPLA pide a las administraciones que aumenten su compromiso e inversión para evitar la propagación de la mosca negra

Aunque esta primavera podría calificarse incluso de lluviosa, las tempranas altas temperaturas no han logrado revertir la situación de sequía extrema que sufre España. Todo ello constituye el panorama perfecto para la proliferación desmedida de una especie de mosca que se ha convertido en la auténtica pesadilla de muchos ciudadanos los últimos veranos: la mosca negra.

La peculiaridad de este simúlido de apenas 6 mm de longitud es que no pica: muerde. Su mordedura rasga la piel y es extremadamente dolorosa. En grupo, este insecto pequeño pero muy agresivo, puede llegar a matar a ratones o pájaros y, en el caso de las personas, su ataque suele provocar hinchazón y heridas que pueden llegar a durar más de una semana. Además, en ocasiones sus mordeduras pueden provocar reacciones alérgicas muy llamativas.

Así lo explica Sergio Monge, el presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (Anecpla), quien apunta que “el problema fundamental de este insecto es que no pica, sino que muerde en forma de sierra, generando una herida de consideración importante y pudiendo dar lugar a infecciones y reacciones alérgicas muy alarmantes, que en algunos casos pueden llegar incluso a requerir de hospitalización”.

LA MOSCA NEGRA, UN PELIGRO SANITARIO PARA ANIMALES Y HUMANOS

En este sentido, desde Anecpla ya advirtieron el pasado mes de mayo de la expansión de la mosca negra y de las consecuencias que puede tener para los animales de compañía. “El problema de la picadura de la mosca negra también puede afectar a los perros que viven en lugares donde este insecto está presente, pudiendo provocar eczemas a los animales de compañía, especialmente a los que viven al aire libre”, señalaron.

De hecho, un estudio en el que participaron investigadores de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza apuntó que, al igual que el ser humano, los animales pueden contraer y verse afectados por patógenos transmitidos por este insecto, como nematodos filariales, protozoos y varios virus.

Ahora, desde Anecpla han criticado en un comunicado que la plaga de mosca negra que sufre España “era previsible y se podría haber evitado”. Por ello, el presidente de la asociación destaca que “sabiendo que los veranos son cada vez más calurosos y más secos, debido a los efectos del cambio climático, las Administraciones Públicas, tanto de las localidades afectadas como a nivel autonómico y nacional, deberían tomar eficaces medidas de prevención a corto, medio y largo plazo que aunaran a todos los sectores implicados: gobiernos, asociaciones vecinales y el sector profesional de la gestión de plagas”.

Aunar fuerzas desde un punto de vista multisectorial es, también en este ámbito, la única manera de conseguir resultados y evitar en la medida de los posible potenciales efectos adversos que pueden llegar a provocar efectos muy negativos”, afirma Sergio Monge.

POTENCIAL VECTOR TRANSMISOR DE ENFERMEDADES

“Las altas temperaturas son uno de los factores principales para que se produzca un pico en el volumen de población de mosca negra”, explica Monge. “Su ciclo de vida, que puede completarse desde unos días hasta varios meses, puede llegar a reducirse a la mitad cuando hace mucho calor, como viene ocurriendo desde hace ya varias semanas, produciéndose así un boom demográfico y, consecuentemente, un aumento de picaduras”, detalla.

La mosca negra se reproduce en los cauces de los ríos, especialmente en aquellos que se encuentran especialmente limpios y concretamente en la vegetación flotante, la cual queda al descubierto cuando el nivel del agua comienza a descender.

No es una especie invasora, la mosca negra es autóctona, pero desde hace varios años se observan picos agresivos en sus ataques a humanos. Además de un incremento exponencial de su población en nuestro país donde, por el momento, no es vector transmisor de enfermedades, pero esta situación puede cambiar en cualquier momento”, alerta el presidente de ANECPLA.

Y remarca que “la mosca negra sí transmite graves enfermedades infecciosas como la oncocercosis, endémica de varios países del África subsahariana, Brasil y Venezuela, donde según la Organización Mundial de la Salud (OMS) hay alrededor de 18 millones de personas infectadas y cerca de 270.000 se han quedado ciegas debido a esta enfermedad también conocida como ‘ceguera de los ríos’. En cualquier momento, el salto se puede producir a nuestro país”.

 

 

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